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La altura puede ser un problema, sobre todo para una mujer alta en un país de hombres bajos.

Cuando era más joven me mandaban muchos blind dates. Siempre la gente quiere casar a las solteras para que no se queden, la gente siente una gran responsabilidad social y moral de darle una pareja o dispareja a una mujer que quiere o no un marido, y yo no era una excepción a esa norma. Pasé unos cinco o seis años de mis nuevos veintes en dates, y generalmente con hombres más chaparros que yo.

Siempre me causaba terror abrir la puerta y encontrarme con un liliputiense escuálido sonriéndome a la altura de mis pechos. ¿Acaso la gente no consideraba presentarme un hombre alto que pudiera mirarme a los ojos? No, la gente me mandaba enanos que probablemente eran bajos también para una mujer promedio, ustedes se imaginarán. No me lo tomen a mal, no estoy en contra de los hombres de baja estatura ni de las parejas no acomplejadas que caminan por la calle cómodas con sus centímetros de más y de menos, pero es que en mi mente la altura era un issue importante causado probablemente por los medios de comunicación y las películas hollywoodenses que te enseñan que menganito es siempre más alto que fulanita, y que fulanita es muy feliz mientras menganito la abraza virilmente, porque menganito es alto y fuerte y fulanita es pequeña y delicada.

Con los años aprendí que Hollywood casi nunca cuenta la verdad y que George Clooney no es tan alto comparado con su esposa y que se vale usar tacones y rebasar a tu feliz marido que no tiene ni el más mínimo complejo de tener una esposa alta en un país de chaparritos.

Publicado por yaeldan

Mamá, esposa, lectora y bloggera novata. Residente en Tierra.

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